Conclusión con un Enfoque Transversal
Finalizar las Prácticas ha supuesto un proceso de integración entre el saber académico, la experiencia vivida y la reflexión crítica sobre mi rol como futura psicopedagoga. Durante mi intervención en el contexto de Atención Temprana, he desarrollado un proyecto centrado en la Teoría de la Mente con niños y niñas hasta los 6 años, lo que me ha permitido conocer de búsqueda la realidad educativa desde una mirada inclusiva, emocional y contextualizada.
A lo largo de este recorrido, he consolidado varias competencias recogidas en el Reto 4 de la asignatura, que han guiado mi intervención y crecimiento profesional:
- Competencia 1: Ejercer la intervención psicopedagógica con un enfoque holístico e integrado.
- Competencia 2: Diagnosticar necesidades psicopedagógicas teniendo en cuenta metodologías y singularidades del contexto.
- Competencia 3: Diseñar, desarrollar y evaluar propuestas de intervención psicopedagógica.
- Competencia 4: Establecer relaciones de colaboración profesional con los distintos agentes educativos. Trabajando en equipo y colaborando en la red.
- Competencia 5: Aplicar los conocimientos adquiridos y tener la capacidad de resolver problemas en entornos nuevos o poco conocidos.
Los conocimientos adquiridos en el Máster han sido un soporte clave en este recorrido. En particular, el contenido sobre la práctica psicopedagógica en educación formal ( Badia, Mauri y Monereo, 2004) me ha ayudado a situar la intervención dentro de una perspectiva sistémica y colaborativa, en la que la análisis del contexto, la participación del equipo educativo y la reflexión profesional se convierten en pilares.
En esta línea, Miquel (2015) refuerza la importancia de una formación docente basada en la implicación, la corresponsabilidad y el aprendizaje entre iguales. Esta mirada co-constructiva ha estado muy presente en mi experiencia práctica, donde he podido participar activamente, tomar decisiones y reflexionar críticamente sobre el impacto de mis intervenciones, con el apoyo constante de los profesionales del centro.
Desde mi intervención, como dice Farré Riba et al., (2017) ha sido esencial para comprender el papel del psicopedagogo como acompañante de procesos, mediador entre los distintos agentes educativos y facilitador de entornos de aprendizaje más equitativos y accesibles. Esta concepción del rol asesor se ha hecho tangible en mi práctica, en la que he buscado construir propuestas de mejora desde la escucha activa y el trabajo conjunto.
Uno de los elementos más valiosos de esta experiencia ha sido el proceso de evaluación, no sólo entendido como una fase final, sino como una herramienta continua de mejora, reflexión y construcción compartida. En este sentido, la metáfora del Tangram (Bolea, Carcel y Guasch, 2019) ha resultado especialmente significativa. Al igual que en este antiguo rompecabezas chino, la evaluación psicopedagógica no se limita a buscar una única solución preestablecida, sino que se construye a partir de piezas diversas: información contextual, observación cualitativa, diálogo profesional, indicadoras éticos y objetivos pedagógicos.
Esta visión flexible y abierta nos invita a repensar lo y lo que aún puede hacerse, reconociendo que no se trata de un ejercicio aislado, sino de un proceso dinámico que se adapta al contexto educativo ya la realidad de cada intervención. Tal y como se recoge en el documento del Reto 3, evaluar todas las fases del proceso desde la justificación e identificación de necesidades hasta la implementación y recursos utilizados, es clave para garantizar una intervención eficaz, ética y contextualizada. La evaluación, por tanto, no busca resolver un «problema cerrado», sino responder de forma consciente a las necesidades.
Cierro esta etapa con la certeza de que este camino formativo ha sido clave para consolidar mi vocación y proyectar con más claridad mi rol como futura psicopedagoga. Ha sido una experiencia que no sólo me ha permitido adquirir conocimientos y habilidades, sino también descubrir el valor de acompañar desde la empatía, construir desde la colaboración y aprender desde la práctica.
Este recorrido me ha impulsado a seguir creciendo, compartiendo y aportando a entornos educativos más inclusivos, respetuosos y centrados en el bienestar, detectando las necesidades a tiempo para intervenir de forma temprana y eficaz.
Espero que este trabajo haya contribuido a visibilizar la importancia de educar en emociones desde los primeros años ya reforzar el papel de los profesionales y familias como pilares del desarrollo infantil.
¡Gracias!
BIBLIOGRAFÍA
Badía, A., Mauri Majós, T., & Monereo y Font, C. (2004). La práctica psicopedagógica en educación formal / Antoni Badia Garganté, Teresa Mauri Majós, Carlos Monereo Font (coordinadoras). Editorial UOC.
Bolea,E. , Carcel, E., Guasch, T. . (2019). El Tangram como metáfora de la evaluación y la intervención psicopedagógica. [Recurso de aprendizaje]. Universidad Abierta de Cataluña.
Farré Riba, A. (2017). El Asesoramiento psicopedagógico en contextos escolares / Anna Farré Riba (coord.) ; [colaboradoras:] Dolores Sala Lligoña, Manuel Seguer Caballé, Fernando Sentís Vayreda, Joan Serra Capallera (Primera edición). ÁÁF Ámbitos de Psicopedagogía y Orientación – ACPO Asociación Catalana de Psicopedagogía y Orientación.
Miquel, E. (2015). La colaboración docente como eje central del modelo de formación del profesorado Red de Aprendizaje entre Iguales. [Tesis doctoral, UAB]. Lectura del fragmento 2.2. Los distintos modelos de formación predominantes: qué hay que promover y cómo evaluamos su impacto